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lunes, 24 de octubre de 2016

“LOS ORÍGENES DEL HOMBRE”

Los orígenes del hombre es uno de los más grandes misterios de la creación, pues científicamente no podemos creer lo que se manifiesta en los libros sagrados de las religiones, tales como la Biblia, La Torá, La cábala y otros.

Antropológicamente el género humano apareció sobre la tierra con el hombre erectus, hace aproximadamente 500,000 años, pero ya como un ente pensante, es decir el homo sapiens, aparece alrededor de 100,000 años antes de Cristo. Según la ciencia existieron diferentes seres de este tipo como son: El hombre de Neanderthal, a quienes se le atribuyen los cultos a los muertos; El hombre de Cromañon, a quien se le atribuyen las pinturas rupestres y por último al homo sapiens, es decir el hombre que sabe que sabe, que según sus estudios apareció aproximadamente 30,000 años antes de nuestra era. Estos datos están basados en descubrimientos antropológicos y arqueológicos.

Sin embargo, cuando las civilizaciones estaban en su apogeo en algunos continentes, otras razas infinitamente más evolucionadas estaban presentes en otras partes, entre ellos estaban los Atlantes, Egipcios y Sumerios.

Desde el punto de vista místico, lo que nos interesa es la evolución de la conciencia humana, aunque es prácticamente la época en que el hombre empezó a tomar conciencia de sí mismo, mucho menos cuando empezó a hablar y pensar por primera vez.

La historia del hombre trasciende mucho más atrás de la creación de su cuerpo físico, pues ello comienza genésicamente cuando su alma fue creada en el pensamiento divino y proyectada al mundo material. Después de ese momento alegórico el ser humano prosigue su evolución física y espiritual, de acuerdo con los decretos del Creador que han sido establecidos.

La superioridad del hombre con relación a los otros reinos vivos estriba en que él se beneficia de su propia naturaleza espiritual y que dispone de facultades mentales que le permiten expresar esa espiritualidad latente.

Cada ser humano es por lo tanto una entidad que forma un todo único y cuya conciencia posee su propia historia. Esto es así porque está dotado de un alma que le es propia y que ha evolucionado a través del tiempo y el espacio.

Si analizamos lo explicado por la ciencia contra lo que explico aquí, encontraremos que aquella trata de explicar que es la evolución mental la que se ha adaptado a su naturaleza física, mientras que tomando en cuenta lo que explico aquí y que debemos entender en los manuscritos sagrados y de las escuelas antiguas de los misterios es exactamente al revés, es decir primero fue creado en la mente de Dios y luego se le dio forma material, pues es la conciencia cósmica la que incita a la materia para que ésta provea los vehículos más apropiados para su evolución.

Las teorías científicas no aportan ninguna respuesta que satisfaga acerca de las razones que impulsan la vida a manifestarse tal y como lo hace en la tierra, se limitan a explicar el aspecto fisiológico, dejando a un lado el aspecto espiritual y místico.

Por su parte la mayoría de las religiones afirman que el hombre ha sido hecho a imagen y semejanza de Dios y que el hombre ha sido siempre como lo conocemos en la actualidad.

El judaísmo y el cristianismo enseñan que la humanidad procede de Adán y Eva, considerados como el primer hombre y la primera mujer que vivieron sobre la tierra. El relato bíblico correspondiente ha sido interpretado literalmente, pero esto no es más que una alegoría. La pareja originaria nunca ha representado al padre y a la madre sino más bien que las leyes cósmicas que hicieron posible la aparición de la humanidad.

En el aspecto místico la humanidad obedece a la ley de la evolución, y ésta se cumple de manera continua a través de todos los reinos de la naturaleza. La conciencia humana es el resultado de la evolución progresiva que sigue animando formas de vida cada vez más complejas y cada vez más aptas para manifestar sus atributos. Esta evolución puede además operar en un grupo de planetas distintos.


Así pues la superioridad que el Creador le ha concedido al hombre es solamente del orden mental y espiritual. De hecho no existe ningún ser vivo que sea superior a otro delante de Dios, únicamente deberá sacrificarlos para proveerse de alimento o por otra razón verdaderamente legítima. El hombre tal y como lo conocemos es un ejemplo de los prodigios que la naturaleza es capaz de realizar. Su existencia no tiene otra finalidad que servir a la evolución del alma universal, por tal motivo no debemos pensar que el ser humano es el preferido por Dios.

ISRAEL CORONADO