EL DIOS NO SIENDO MANIFIESTO, ES LO QUE MÁS MANIFESTADO ESTÁ

En este artículo trataré de hacer un pequeño resúmen de la plática de Hermes Trimegisto con su hijo Tat a quien trata de hacerle ver sobre la existencia real de Dios.

Dios es superior a todo nombre, todo lo que se ve  ha sido engendrado, en cambio lo inaparente o que no se ve es eterno y no necesita manifestarse, porque existe eternamente y provoca que todas las demás cosas se manifiesten.

Dios es el manifestador de todo, él mismo no se manifiesta, y no es engendrado, hace que las cosas se vean pero no se deja percibir por los sentidos.

La representación sensible es cosa de los seres que han sido engendrados, ya que nacer no es otra cosa sino ser perceptible en la representación sensible.

El único no engendrado es a la vez inimaginable e inmanifestable, él mismo se muestra a través de todas las cosas y en todas las cosas, solo se deja ver por aquellos de los cuales ha decidido dejarse ver. Sólo la inteligencia ve lo invisible porque ella misma es invisible, ¿acaso puedes ver la inteligencia y tomarla con tus manos y contemplar la imagen de Dios?

Si lo quieres ver, considera al Sol, piensa en el curso de la Luna, considera el orden de los astros ¿ quien conserva el orden? (todo orden implica un principio determinante respecto del número y del lugar).

Mira la Osa que gira sobre sí misma y que arrastra en su girar a todo el estrellado cielo. ¿ Quien es el dueño de esta máquina? ¿Quien circunscribe el mar en sus límites? ¿ Quien asentó la Tierra? Porque hay alguien, amo y creador de todas estas cosas. No se conservaría lugar o número o medida alguna si no existiera un creador, todo lo que es desorden, vacío y falta de medida no supone un creador, lo que carece de orden es incompleto.

Considera cómo el hombre es creado en el vientre, examina con atención la técnica de la creación y aprende a conocer quien es el creador de esta bella y divina figura que es el hombre.

Por ser el Padre del Todo, no tiene nombre que le sea propio.

Espero les guste esta bella reflexión transmitida de Hermes a Tat su hijo.

Israel Coronado.