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domingo, 25 de octubre de 2020

EL SACRIFICIO

 

La mayoría de las ocasiones nos rehusamos a llevar a cabo un sacrificio, pues para nosotros es en verdad una dificultad el desprendernos de algo, así sea el tiempo, no se diga dinero o algún otro bien material.

Las enseñanzas al respecto que los Grandes Maestros del pasado aprendían en las Escuelas Esotéricas y que luego transmitían a aquellos que eran sus estudiantes en los templos y lugares de reunión, las encontramos plagadas en algunas lecciones de las cuales les pondré un ejemplo.

Abraham.

Recordemos esta hermosa enseñanza plasmada en la Biblia cristiana, en el libro del Génesis capítulo 22 versículos del 1 al 19.

En él le pide Dios a Abraham que lleve a su único hijo a un monte previamente seleccionado para ofrecerlo en un sacrificio. Abraham con el dolor de su corazón, pues recordemos que era su único hijo, acepta la orden y se dispone a ofrecerlo en sacrificio.
 
Cuando está a punto de llevar a cabo el sacrificio aparece envuelto en una nube un ángel (el espíritu santo) quien lo detiene, al voltear al oír la voz del ángel Abraham observa a un cordero y es a éste al que ofrece en sacrificio en lugar de su hijo.

India.

Aquí  el personaje principal es el rey Hariscandar a quien su Dios Varuna le ordena sacrificar a su único hijo de nombre Rohita.

Fenicia.

Entre los fenicios encontramos una lección semejante solo que en este caso, solo que en este caso se trata de una persona femenina, su hija.

De la misma manera encontramos estas lecciones en las diferentes culturas como la griega, la china, egipcia, etc.

Con estos ejemplos los Grandes Maestros nos enseñan que debemos ofrecer a Dios nuestros sacrificios, no necesariamente sacrificios humanos o de animales, por lo menos debemos agradecer a Dios cada mañana al despertar el que nos haya permitido ver un nuevo día y por la noche el que nos haya permitido gozar de las cosas de la vida rogándole que en caso de ser su deseo, nos permita ver un nuevo día.

En fin no olvidarnos de quien nos ha dado la oportunidad de tener conciencia para manifestar la gloria de Dios.

Israel